El prontuario del único detenido por el crimen de Ámbar Cornejo, conocido en Villa Alemana como el “Asesino del tambor”

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“Solamente hay una persona detenida. Don Hugo Bustamante está detenido en estos minutos (…) por el homicidio calificado de Ámbar”, dijo la fiscal de Valparaíso Maria José Bowen luego que se confirmara el hallazgo del cuerpo de la adolescente de 16 años, vista por última vez el 29 de julio en Villa Alemana.

Tras ocho días de búsqueda, las diligencias llevadas a cabo por el Ministerio Público y la PDI permitieron encontrar los restos de la joven enterrados en el patio de la propiedad de Bustamante, quien mantenía una relación sentimental con la madre de la víctima y cuyo nombre es conocido entre los habitantes de la zona.

De acuerdo a los antecedentes preliminares entregados por Bowen, fue la mujer la que terminó confesando el crimen que habría cometido su pareja. “La madre informó lo que le contó el imputado (…) señaló que fue el imputado quien mató a Ámbar. Él no ha declarado”, acotó la persecutora.

En tanto, el intendente de la región, Jorge Martínez, anunció una querella y calificó al único sospechoso como un “psicópata”. Pero los casos judiciales de Hugo Bustamante datan de mucho antes.

En 2005 fue detenido, formalizado y condenado por un doble homicidio que le valió el apodo del “asesino del tambor” por el episodio que emitió un año después el programa Mea Culpa en base al caso. En ese entonces, el Tribunal Oral en lo Penal de Viña del Mar dictó 12 años de cárcel por el asesinato de su entonces pareja, Verónica Vásquez, y a otros 15 por el del hijo de ésta, quien al momento del ataque tenía nueve años.

Sin embargo, de los 27 años que suman ambas penas solo cumplió 11 en la cárcel, ya que en 2016 la Comisión de Libertad Condicional de la Corte de Valparaíso le otorgó a él y otros cientos de reos dicho beneficio en un proceso que generó fuertes críticas hacia el tribunal.

En el caso de Bustamante, cuyo informe psicosocial de Gendarmería acusaba más de un reparo, se recogió la jurisprudencia que venía siguiendo la Corte Suprema y la norma que contenía el Decreto Ley 321, que permitía la salida de condenados a más de 20 años tras solo purgar 10.

Hoy, y con 55 años, Bustamante volvió a ser capturado por un crimen que pareciera tener alguna similitud con aquel por el que fue sancionado hace 15 años. Condenas por robo y homicidio Según relató la revista Sábado en base a entrevistas con psiquiatras y psicólogos, entre los 14 y 17 años Bustamante viajó por Latinoamérica en lo que él definió como una búsqueda de “sensaciones nuevas, respuestas a las sensaciones de vacío”.

Ya en Chile y con 18 años, comenzaron sus casos policiales. Por esa época se dedicó a la reducción de especies. También al tráfico de drogas y los “achaques”, que consistían en ganar la confianza del compañero de asiento en un bus para ofrecerle bebidas con somníferos y robarle mientras dormía.

En mayo de 1987 fue detenido por hurto pero no se presentó a cumplir sentencia. Dos años después, añade dicho medio, fue capturado por robo con fuerza y terminó siendo sentenciado en total a diez años por nueve robos en lugar habitado, cuatro hurtos y cinco robos con fuerza.

Después de seis años tras las rejas y problemas debido a su dependencia a las drogas, recibió un beneficio para salir en libertad que quebrantó a los ochos meses.

El total de la condena lo saldó en 1999. Ya en 2005 volvió ante la justicia por un hecho mucho más gravoso. Según dio por acreditado la justicia, entre el 8 y 15 de enero de ese año, Hugo Bustamante tomó del cuello a su conviviente tras una discusión por el destino del dinero obtenido tras la venta de la casa de la mujer. La degolló y la golpeó en reiteradas oportunidades con un bate. Cuando el hijo de la víctima fue a ver qué pasaba, lo estranguló con el brazo que le quedaba libre. Envolvió los restos en bolsas para ingresarlos en un tambor que llenó con agua, cal y yeso.

Posteriormente, y con el objeto de sacar los cuerpos del inmueble que sería entregado a nuevos propietarios, trasladó el tambor con los cadáveres en su interior hasta el nuevo domicilio arrendado, donde enterró el tambor en el patio. Ya el 25 de ese mes un llamado alertó a la PDI sobre olores extraños desde la casa de Bustamante.

Los detectives llegaron al lugar y el hombre terminó por ratificar lo que había hecho. En el caso de Ámbar, indicaron preliminarmente los investigadores, el cuerpo fue encontrado al interior de un recipiente que fue enterrado a tal profundidad que ni los perros de la policía civil fueron capaces de detectar.

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