Este martes se cumplen 65 años del megaterremoto que el 22 de mayo de 1960 sacudió violentamente la zona centro-sur del país, con epicentro en Valdivia y una magnitud de 9,5, lo que lo convierte en el sismo más fuerte registrado en la historia de la humanidad. A las 15:11 horas, la tierra comenzó a temblar, provocando miles de muertes, destrucción masiva y una de las tragedias más significativas para Chile.
El sismo, que se sintió desde Talca hasta Chiloé, arrasó con industrias, viviendas e infraestructura, especialmente en las ciudades costeras y en las orillas de los ríos Calle Calle y Valdivia. A la devastación causada por el terremoto se sumó un tsunami que alcanzó varias zonas ribereñas, arrastrando casas y provocando aún más caos. Héctor Gómez, testigo de la época, recuerda cómo en su trayecto hacia Huellelhue vio árboles caídos y grietas en el suelo, mientras todo el entorno se tornaba irreconocible.

Horas después del terremoto, las autoridades militares alertaron a la población sobre la inminente llegada del mar, instando a evacuar hacia zonas altas. La emergencia fue seguida por días de incertidumbre, tareas de rescate y el inicio de una lenta y difícil reconstrucción. Helicópteros y embarcaciones trasladaban heridos, mientras obreros regresaban a fábricas en ruinas para iniciar la limpieza y el levantamiento de sus ciudades.
A pesar de la magnitud del evento, el Gobierno no ha anunciado actividades oficiales para conmemorar la fecha en la región de Los Lagos. No obstante, la Municipalidad de Valdivia y la Universidad Austral han organizado seminarios y conversatorios para reflexionar sobre el impacto del sismo y la preparación ante futuras catástrofes.

En tanto, en Puerto Montt, el Cuerpo de Bomberos realizará este jueves una ceremonia en la Plaza de Armas a las 19:30 horas, en honor a los 233 voluntarios que enfrentaron la emergencia en 1960, así lo destacó el superintendente de bomberos Jaime Johnson.
La actividad considera una formación, la lectura de los nombres de los voluntarios que formaron parte de aquella gesta solidaria y el encendido de una fogata, similar a las que iluminaron el frontispicio de los cuarteles ante la ausencia de alumbrado público por la falta de energía eléctrica tras el terremoto.