“La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría”, dijo el tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, en una carta escrita en 1819. Un valor intrínseco de la vida humana que por estos tiempos es escasamente apreciado, pero, fueron dos abuelitos de Purranque los que demostraron, sin pedirlo, que ser honorables es más que tener un lugar en el Congreso.
Se trata de doña María de 84 años y don Waldemar, de 89, quienes a inicios de julio concurrieron junto a Carabineros de la Subcomisaría de Purranque, a la sucursal de Falabella Osorno, para devolver una encomienda avaluada en un millón doscientos mil pesos, los cuales eran dos computadores, los que llegaron por error a su vivienda.
Y bueno, muchos se preguntaban si la empresa los iba a premiar y tal cual. A veinte días después, este matrimonio recibió artículos electrónicos, ropa y otros elementos, elegidos por ellos mismos, para recompensar su acto de nobleza, destacó la capitán de Carabineros, Rocío Arce.
La oficial al mando de la Subcomisaría de Purranque, detalló que junto al personal a su cargo, decidieron contactarse con los ejecutivos de Falabella para gestionar una posible retribución a los abuelitos, tras leer los comentarios en redes sociales debido a la masiva viralización de la noticia, la que tuvo positiva respuesta desde la empresa.
Final feliz y emocionante para doña María y don Waldemar, quienes con su ejemplo y humildad, dieron una potente lección de honestidad en un momento social cada vez más cuestionado.
