A pocos días del 1 de agosto, fecha límite anunciada por la Casa Blanca para que empiecen a aplicarse los aranceles anunciados, la política arancelaria de Estados Unidos atraviesa una nueva fase de tensión internacional.
Desde su regreso al poder en enero, Donald Trump instauró un enfoque proteccionista que impone desde un recargo mínimo del 10% sobre todas las importaciones, con aumentos previstos para aquellos países con los que Washington mantiene déficits comerciales o conflictos diplomáticos.
Más de 80 naciones podrían verse afectadas, aunque solo cinco, además de la Unión Europea como bloque, lograron hasta ahora pactar condiciones más favorables.
En paralelo, sectores clave como la industria automotriz, el acero y el aluminio ya cuentan con recargos del 25% al 50%, en tanto, el cobre podría correr la misma suerte, al encontrarse actualmente en proceso de aprobación.
Recargo arancelario mínimo universal
Desde principios de abril, todos los productos que entran en Estados Unidos están sujetos a un recargo del 10%.
Se prevé que este porcentaje sea mayor para los principales socios comerciales, en particular aquellos con los que Washington considera tener un déficit comercial.
Trump anunció aranceles de hasta el 50% para más de 80 países, pero los suspendió, inicialmente hasta el 9 de julio, y posteriormente, hasta el 1 de agosto, para negociar acuerdos comerciales.
Sin embargo, hasta la fecha solo se han pactado seis acuerdos comerciales: con el Reino Unido, Vietnam, Indonesia, Filipinas, Japón y la Unión Europea.
Estos acuerdos comprenden aranceles específicos de entre el 15% y el 20%, inferiores a los anunciados a principios de abril para estos países.
Una veintena de países más recibieron una carta de la Casa Blanca que les anuncia aranceles de entre el 25% y el 50%.
Entre ellos se encuentra Brasil, que inicialmente no estaba en el punto de mira de Trump, no obstante, ahora se expone al 50%.
Esto como represalia, por lo que Trump considera una «caza de brujas» contra el expresidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, juzgado por un presunto intento de golpe de Estado en 2022.
Aranceles contra Canadá y México
Los principales objetivos de Trump son los dos vecinos de Estados Unidos, Canadá y México, a los que acusa de no combatir suficientemente el tráfico de fentanilo, un potente opioide que causa una grave crisis sanitaria en el país.
Están sometidos a aranceles del 25%, pero solo se aplican a productos no protegidos por el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), es decir, una minoría de los bienes que entran en Estados Unidos.
El presidente estadounidense amenazó con aumentar estos recargos al 35% para los productos canadienses y al 30% para los procedentes de México, frustrado al ver que las negociaciones comerciales no prosperan como él quiere.
Presiones, negociaciones y aranceles recíprocos con China
China viene siendo un objetivo prioritario de Washington desde el primer mandato de Trump.
Su sucesor demócrata Joe Biden mantuvo la presión contra el país asiático y Trump la redobló desde que volvió al poder en enero. Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, en 2019. | AP
Para combatir el tráfico de fentanilo le aplicó un arancel del 10%, además del existente antes del 1 de enero, a lo que añadió un 20% por los llamados aranceles «recíprocos» a principios de abril.
Sin embargo, ante las represalias de China, las dos potencias mundiales entraron en una escalada que llevó a subir aranceles hasta el 125% para los productos estadounidenses y al 145% para los chinos, antes de llegar a un acuerdo en mayo en Ginebra para volver al 10% para uno y al 30% para el otro.
Desde entonces, delegaciones de Estados Unidos y de China se reunieron en Londres para negociar, y tienen previsto volver a hacerlo lunes y martes en Estocolmo.
Proteccionismo en algunos sectores
Trump invocó la seguridad nacional para proteger varios sectores de la industria estadounidense con un recargo específico para los productos extranjeros vendidos en Estados Unidos.
Es el caso de la industria automotriz, ahora gravada con un 25%, con la excepción de los automóviles procedentes de Japón, que solo pagan un 15%, e incluso un 10% para los primeros 100.000 automóviles procedentes del Reino Unido. Vehículos para exportación en el puerto de Liverpool, Inglaterra. | EFE
México y Canadá deben pagar el 25% en las importaciones que incumplan el T-MEC.
El acero y el aluminio estadounidenses, por su parte, están protegidos con aranceles del 50% para los productos competidores que entran al país.
Y hay más en camino: productos farmacéuticos, semiconductores, cobre, paneles solares y minerales críticos están actualmente en proceso de aprobación.
Demandas judiciales contra la política arancelaria de Trump
Parte de los aranceles estadounidenses fueron impugnados en los tribunales.
Varias cortes dictaminaron que el presidente Donald Trump carece de la autoridad para imponer recargos a las importaciones, sin embargo, los casos siguen abiertos.
Fuente: Emol.com