Diez años cumplió la que fuera una polémica normativa: La Ley de Etiquetado, también llamada «Ley Súper Ocho», que movilizó a la industria alimentaria al introducir sellos de advertencia «Alto en» a todos aquellos productos que superaran ciertos umbrales en calorías, sodio, azúcares y grasas saturadas. Una década después, la evaluación de esta política tiene miradas que contrastan.
Desde el Estado y la academia coinciden en que ha tenido efectos positivos en «reducir el nivel de ingesta de los nutrientes críticos», mientras que en la industria de los alimentos subrayan que el principal objetivo, reducir la obesidad, no se ha cumplido, y al contrario, los índices han aumentado. Asimismo señalan que hay un aspecto clave que no se ha abordado: Las cadenas y locales de comida rápida o «chatarra».
Mientras que desde el Ministerio de Salud confirman que «ya han avanzado en la iniciativa para desarrollar esa regulación».