Crisis Hídrica en Chile: Se agotó el tiempo de divagar, ahora es tiempo de actuar

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José Ojeda
Socio Araya & Cía. Abogados

En estos últimos años, hemos visto como el tema del agua se ha posicionado como uno de los grandes debates en nuestro país, girando en torno a discusiones ideológicas, dejando de lado lo que verdaderamente importa: los mecanismos técnicos que tenemos como país para enfrentar de manera práctica, la crisis hídrica.

Este 22 de marzo, en el que conmemoramos el Día Mundial del Agua, vemos con preocupación cómo la última década se centró principalmente en discusiones legislativas –y hoy también constitucionales–, pero nada se avanzó en el manejo del grave déficit que tenemos como país. La sequía no llegó de la noche a la mañana; y el deber de garantizar el derecho humano al consumo de agua potable y su saneamiento no solo debe estar escrito en las leyes y en la Constitución, sino que tiene que tiene que verse asegurado en la vida de los chilenos.

Hemos visto cotidianamente en diarios, carteles, artículos, etc., y actualmente en el debate en la Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constituyente, consignas relacionadas con extinguir los derechos de aprovechamiento de aguas, quitar los derechos a las grandes empresas y el fin de las Empresas Sanitarias Privadas. Sin embargo, extrañamos en el debate, antecedentes técnicos que respalden las soluciones; que se establezcan mayores obligaciones del Estado y deberes de los particulares en la administración del recurso hídrico; que existan cambios legislativos, incentivos y mayor aprobación en gestiones concretas, así como aprobación de proyectos de desalinización, de recargas artificiales de acuíferos, carreteras hídricas, construcciones de embalses, obras hidráulicas, monitoreo de extracciones y todo aquello que sea una propuesta concreta para enfrentar la sequía.

Lamentablemente, modificar el régimen jurídico de los derechos de aprovechamiento y traspasar la responsabilidad al Estado de la administración y gestión del recurso hídrico, e incluso de las funciones que cumplen las empresas sanitarias, no solucionará el problema de fondo. Necesitamos acciones concretas, y debemos, como ciudadanía, hacer un llamado urgente a las autoridades para que se implementen todas las herramientas disponibles para enfrentar esta crisis.

Quisiéramos tener más tiempo para divagar sobre la naturaleza de los derechos de aprovechamiento, el rol del Estado y las causas de la sequía; pero la crisis hídrica hoy afecta a millones de personas, tanto en el sector rural como en los radios urbanos, por lo que es urgente ahora actuar y enfrentar la crisis con medidas concretas.

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