El verdadero feminismo

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Por Karen Wunderlich

A lo largo de la historia reciente hay muchos ejemplos de mujeres que han dejado relevantes aportes a la humanidad.

A inicios del siglo XX, la francesa Marie Curie descubre los elementos que serían utilizados en el tratamiento del cáncer; Años más tarde, en Estados Unidos, Amelia Earhart llevó adelante una incansable lucha por los derechos de la mujer y la igualdad de género, abriéndose paso en un ámbito dominado por hombres, se transformó en una notable aviadora.

En Chile, Candelaria Pérez es la primera mujer en unirse al Ejército para defender a nuestro país del ataque de la Confederación Perú Boliviana; más tarde, Elena Caffarena lograba que en 1949 las mujeres tuvieran el derecho a votar y Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral obtenía el Novel de literatura en 1945. Como ellas, hay millones de mujeres que a pesar de las barreras de género y culturales, han lograron destacarse gracias a su espíritu de lucha.

Una lucha que por cierto fue muy distinta a la que vemos hoy en las manifestaciones de grupos ideologizados que se han tomado la bandera del feminismo.

Hoy, las legítimas reivindicaciones femeninas pretenden lograrse descalificando al sexo opuesto y exigiendo una mal entendida igualdad a través de cuotas de poder o cupos reservados, algo que por cierto minimiza nuestras capacidades.

Al igual que Marie Curie o Candelaria Pérez, día a día hay mujeres que ganan espacios en nuestra sociedad gracias a su talento y capacidad, sin violencia, sin descalificación y sin utilizar un cupo por designación.

Ese es el verdadero espíritu del feminismo, aquel que respeta la diversidad, reconoce los efectos positivos de la “sociedad mujer/hombre” y la naturales diferencias existentes en ambos géneros.

A pesar de que aun existen oportunidades para mejorar, la evidencia demuestra que las mujeres en general, han ido ganado su espacio de forma legítima. Por otro lado, aquellas que insistan es sus manifestaciones degradantes y llenas de odio, se mantendrán al margen de estos progresos.

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