Familiares de una de las 38 víctimas de la tragedia del avión de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) Hércules C-130 siniestrado el 9 de diciembre del año pasado cuando se dirigía a la Antártida presentaron una querella por cuasidelito de homicidio, incumplimiento de deberes militares y delitos contra la seguridad de la aeronavegación contra quienes resulten responsables.
Los abogados que interpusieron la acción, representantes de la madre y la esposa del cabo primero de la FACh, Gonzalo Burgos, advierten que existen antecedentes en la carpeta investigativa de ingreso de carga peligrosa a la aeronave y atribuyen «negligencia inexcusable» por parte de la institución castrense, al no haber aplicado protocolos de seguridad antes del vuelo como, por ejemplo, revisar las sustancias que se trasladaban en el equipaje, según consigna hoy martes el diario El Mercurio.
Lo que se busca es que «se investiguen todas las posibles aristas y los hechos que pudieron ocasionar la caída», explicó al rotativo Carlos Gutiérrez, ex capitán de Carabineros, perito forense y uno de los integrantes del equipo que patrocina la querella.
«Tenemos un par de hipótesis como equipo querellante, pero necesitamos estas nuevas pericias para confirmarlas o descartarlas», señaló el experto.
Esta querella se suma a la de la familia del coronel de Ejército Christián Astorquiza, quien presentó la primera acción de este tipo en el caso del avión el pasado 23 de enero.
Semanas más tarde, el 12 de febrero, familiares de 13 de las 38 víctimas de la tragedia presentaron la segunda querella por cuasidelito de homicidio contra quienes resulten responsables.
Cabe recordar que en primera instancia se abrió un proceso investigatibo caratulado en el expediente como «presunta desgracia», lo que cambió radicalmente desde el 29 de enero de este año, según consta en un oficio del fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, a cargo del caso, donde se advierte que se trató presuntamente de un «cuasidelito de homicidio».
ANTECEDENTES DE LA TRAGEDIA
La FACh declaró «siniestrado» el avión el 10 de diciembre tras haber perdido la comunicación con el mismo.
El Hércules C-130 despegó el lunes a las 16.55 horas de la base militar de Chabunco, en Punta Arenas, y perdió el contacto cuando le quedaban cerca de una hora y 500 kilómetros para aterrizar en la base Presidente Eduardo Frei Montalva, una de las más importantes del continente helado.
El avión, que tenía combustible para mantenerse en el aire hasta las 00.40 horas, trasladaba personal que iba a hacer tareas de mantenimiento en la base, entre ellas un tratamiento anticorrosivo de sus instalaciones, además de revisar el oleoducto flotante que abastece de combustible a la zona.
A bordo de la aeronave viajaban 38 personas: 32 militares de las FACh, tres miembros del Ejército y tres civiles, de los cuales dos eran trabajadores de la empresa de ingeniería Inproser y otro era estudiante de la Universidad de Magallanes.
El accidente es la peor tragedia aérea en el país desde 2011, cuando cayó al mar un avión con 21 personas que se dirigía al archipiélago Juan Fernández, a unos 670 kilómetros de la costa chilena, cargado de ayuda humanitaria para su reconstrucción tras el terremoto de magnitud 8,8 de 2010.
Fuente: Cooperativa