Por Christian Arntz Mac-Evoy
Presidente Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.
Publicada en Diario Austral de Osorno – 17 Febrero 2019
No ha sido sencillo el posicionamiento de la idea de legislar sobre la indemnización a todo evento planteada por el Gobierno. El ministro del Trabajo, Nicolás Mocnkeberg, ha tenido que salir a aclarar que no se trata de un reemplazo de la legislación vigente, ya que el planteamiento apunta únicamente a que el Código del Trabajo tenga un segundo sistema de indemnización, medio mes por año a todo evento desde el primer mes, incluso si el trabajador renuncia y que sea heredable. El sistema actual, por lo tanto, es intocable, es decir, si los trabajadores de una empresa optan por el sistema actual, todo sigue como está ahora.
¿Beneficios para los trabajadores? Por supuesto: hoy, independiente de los años de servicio que alguien lleve en una empresa, si renuncia de manera voluntaria, el empleador no tiene obligación de pagarle mes alguno.
¿Beneficios para la empresa? Tenemos dudas. De hecho, como Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, creemos que debe avanzarse de una manera mucho más decidida en el reemplazo de la mayor parte de las indemnizaciones por un seguro de cesantía que proteja a los trabajadores más vulnerables y fomente la formación de capital humano, castigando la rotación laboral. “Ganan todos, así es que ¿por qué no hacerlo?”, señaló la investigadora, Kirsten Sehnbruch, investigadora asociada del Centro de Microdatos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile hace algún tiempo.
Esta fórmula es la que opera en Estados Unidos para asegurar que el trabajador que pierde su empleo o quiere buscarlo, no pierda también ingresos en ese periodo, dándole al mismo tiempo más libertad a las empresas para ajustar su fuerza laboral de acuerdo a su situación económica.
Una vez más, sin embargo, la piedra de tope es el financiamiento. En los últimos años, las empresas han enfrentado un alza de impuestos del 20 al 27% y también ha debido concurrir con recursos para el mejoramiento de las pensiones de los trabajadores. Así las cosas, las posibilidades de poder financiar el costo de un seguro de cesantía o enfrentar el proyecto de indemnización a todo evento sin afectar la viabilidad de las empresas es muy complejo, por no decir imposible.
El Estado debe concurrir al financiamiento del sistema utilizando para ello los dineros provenientes del alza de impuestos. También deben hacerlo los trabajadores y por supuesto las empresas, pero como un tercer pilar y no como el único que asume la responsabilidad primordial.