Según el Banco Central, el efecto alcista que esto tiene sobre el precio del cobre deja a Chile “en una posición más favorable” frente a otras economías emergentes.

Un análisis contenido en el Informe de Política Monetaria (IPoM) publicado este lunes por el Banco Central, abordó la fuerte expansión del gasto global en defensa y sus implicancias para la economía chilena. Todo, en medio de la delicada situación geopolítica por la que atraviesa el mundo. Chile, según el instituto emisor, se proyecta como una de las naciones emergentes que podrían verse beneficiadas de esta situación.

El informe subraya que la situación fiscal en las principales economías ha mostrado un deterioro sostenido, intensificado por el nuevo entorno geopolítico. Este escenario ha impulsado a los países a comprometer aumentos significativos en el gasto en defensa para los próximos años.

Esta dinámica -según el IPoM- genera dos consecuencias clave para los mercados financieros globales: por un lado, incrementa las presiones al alza sobre las tasas de interés de largo plazo, que ya son elevadas; por otro, se convierte en un soporte para el precio de materias primas estratégicas para la industria militar, como el cobre, el principal producto de exportación de Chile.

Fuerte expansión del gasto en defensa

Según la entidad presidida por Rosanna Costa, el gasto en defensa ha entrado en una nueva fase de expansión a nivel global, con particular intensidad en los países desarrollados. Por ejemplo, en Europa, varios países de la Unión Europea superaron en 2024 el umbral del 2% del PIB, algo no visto en cuatro décadas. La OTAN, en su reunión de junio, acordó aumentar su gasto en defensa al 5% del PIB anual para 2035, desde el 2,6% actual. Japón, por su parte, anunció la duplicación de su presupuesto militar en cinco años, alterando su política de posguerra. Considerando todos los aumentos observados y anunciados para la próxima década, el Banco Central estima que, entre 2024 y 2035, el gasto global en defensa aumentaría «entre un 57% y un 80% en términos reales». Esto significaría que dicho gasto pasaría de representar cerca del 2,5% a cifras entre el 3% y el 3,5% del PIB global.

Presión Fiscal y Oportunidad para el cobre

Estos aumentos de gasto, en un contexto fiscal con escasas holguras, representan un desafío considerable, ya que no se prevé que vengan acompañados de medidas de financiamiento o compensación, señaló el Banco Central. En ese sentido, detalló que en la Unión Europea, se anunció un relajamiento de las reglas fiscales para acomodar este aumento mediante déficit y más deuda.

El plan «ReArm Europe», que implica un aumento permanente del gasto de 1,5 puntos porcentuales del PIB por año, generó un aumento del orden de 25 puntos base en las tasas a 10 años de los países involucrados. «Es posible pensar que, en la medida que los mayores déficit se vayan concretando, se observen presiones adicionales sobre las tasas», señaló el informe. Sin embargo, subrayó el ente rector, el aumento del gasto en defensa también tiene implicancias directas sobre la demanda de materias primas, siendo el cobre esencial para la industria militar debido a su uso en tecnología avanzada como armas guiadas y drones.

Así, se calcula que un incremento de 1 punto porcentual del PIB en el gasto militar de Estados Unidos aumenta su demanda por cobre refinado en aproximadamente un 5%. Considerando los anuncios globales, la demanda de cobre generada por el gasto en defensa podría aumentar «en alrededor de 485 mil toneladas en la próxima década». «Esto representa más del 1,8% del consumo mundial actual y equivale aproximadamente a la mitad de la producción anual de Escondida», la mayor productora de cobre del mundo, sostuvo el banco. Por lo tanto, afirmó este incremento de la demanda podría ocasionar presiones relevantes sobre el precio del cobre, «con un impacto estimado de entre un 3% y un 6%». «El factor geopolítico ha sido uno de los principales determinantes de los movimientos del precio del cobre, explicando casi la mitad del aumento observado», subrayó.

El análisis concluye que el deterioro fiscal y el nuevo entorno geopolítico, con sus consecuencias en el gasto en defensa, están presionando al alza las tasas de interés de largo plazo, afectando negativamente las condiciones financieras globales y, especialmente, las de las economías emergentes. No obstante, Chile se encuentra «en una posición más favorable» respecto de otras economías emergentes, pues «si bien prevalecerían mayores tasas de interés de largo plazo, el efecto contractivo de estas se ve contrarrestado por el mayor precio del cobre y las mejores perspectivas para la inversión».

Fuente: EMOL