Agro, cultura y biología

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Pauline Engler Taylor
Ricardo Montesinos Iroumé
Directores Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.

En las últimas semanas, nuestro gremio tomó contacto con The Earth Says (la tierra dice), un emprendimiento biotecnológico de jóvenes profesionales que trabajan en tecnologización de colmenas y conservación de polinizadores en la zona sur, en la búsqueda de hacer cada vez más sostenible la producción de alimentos.

En este diálogo discutimos lo que hoy es una grave problemática para la humanidad: la fragmentación del hábitat, es decir, la subdivisión de un gran ecosistema en más pequeños y aislados entre sí por la transformación de nativo a uso humano, lo que se traduce en pérdida de biodiversidad, y por lo tanto, servicios ecosistémicos. Una solución real y efectiva a esta problemática es la creación de «corredores biológicos» que conecten las unidades geográficas que fueron separadas, permitiendo el paso de las especies, mientras la producción de alimentos y la vida en ciudades sigue su curso, pero ahora de manera equilibrada.

Este enfoque de restauración reconoce que la biodiversidad no sólo no es contrapuesta a la producción agrícola, sino que es indispensable para la misma. Un ejemplo es el silencioso trabajo de los polinizadores nativos, que gracias al establecimiento de corredores biológicos potencian la productividad agrícola. Trabajar para promover la conectividad entre fragmentos nativos es indispensable para la mantención de los ciclos del agua, la captura del carbono, la conservación de los suelos, en definitiva, asegurar que la tierra siga su curso natural.

Conscientes de que la producción de alimentos depende de los ecosistemas donde este proceso se realiza, SAGO A.G. se encuentra decidida a profundizar en esta tarea. Sabemos, por ejemplo, que nuestra producción ganadera en base a pastoreo, es decir natural, es un método sustentable que tiene un posicionamiento de mercado creciente, el cual es alcanzable para la totalidad de los rubros que aquí se desarrollan.

La palabra cultura comparte la misma raíz con el trabajo humano en el campo. Ello no es casual: el desarrollo de nuestra vida en sociedad demanda una permanente disposición a cultivarse, que no es otra cosa que mantenernos abiertos al conocimiento, con la misma convicción con la cual cultivamos la tierra para alimentar a los chilenos en armonía con la naturaleza. Esta acción con sentido, es la que nos permite construir una sociedad con alma en la cual las diferencias no son barreras insalvables: son la necesaria diversidad que permite sostener la vida. Tenemos mucho que aprender del sentido profundo de los corredores biológicos, la conectividad de la biodiversidad.