PIB se expandiría por debajo del promedio regional, según Banco Mundial.
El organismo proyecta un crecimiento de 2,1% para 2025, muy por debajo del 5,5% estimado para Argentina.
El Banco Mundial recortó su estimación de crecimiento económico para Chile en su informe Perspectivas Económicas Mundiales, situando la expansión del PIB en 2,1% para 2025, bajo el 2,2% que estimó en su informe de enero. Para 2026, en tanto, espera que la actividad se expanda 2,2% y 2,1% en 2027. Estas cifras apuntan a un ritmo de expansión moderado en el mediano plazo, impulsado principalmente por la inversión minera y la demanda internacional por cobre y litio, productos clave para las tecnologías de energía renovable. Además, estas proyecciones ubican al país por debajo del promedio regional (2,3% en 2025), en un contexto marcado por desafíos tanto internos como externos que limitan el ritmo de recuperación.
El informe destaca una esperada recuperación de la demanda interna y de las inversiones mineras, especialmente por el cobre y el aluminio. Sin embargo, persiste la incertidumbre institucional, lo que podría obstaculizar la inversión, particularmente en minería y tecnología.
En el frente externo, el informe resalta la importancia del comercio para la economía chilena. Las exportaciones de bienes representan entre el 25% y 35% del PIB, con una fuerte orientación hacia China (20%) y Estados Unidos (10%), aunque con una diversificación mayor que en otros países de la región, como México. No obstante, el organismo advierte sobre la vulnerabilidad del país a una posible desaceleración de la economía china, en particular del sector inmobiliario, tradicionalmente uno de los principales compradores de cobre y otros metales industriales.
La persistencia de este escenario podría reducir los precios de los metales, afectando tanto el crecimiento como los ingresos fiscales de Chile. Según el informe, América Latina y el Caribe crecerán un 2,3% en 2025 y 2,5% en promedio entre 2026 y 2027, «muy por debajo de su potencial», en un entorno global marcado por el resurgimiento del proteccionismo, tensiones comerciales con Estados Unidos, y un escenario político interno complejo en varias economías.
En esa línea, México, la economía más integrada a EE.UU., se verá particularmente afectada por las nuevas barreras comerciales impuestas por Washington, con aranceles del 25% sobre productos no conformes al T-MEC. Esta situación ha incrementado la incertidumbre en torno a la relación bilateral, en un momento en que alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado estadounidense.
Fuente: Emol.com