Un estudio de Seafood Watch determinó que el “salmón del Atlántico” que es cultivado en la región de Los Lagos y Aysén se encuentra en la categoría de “evitar” su consumo.
“El alto uso de antibióticos y pesticidas para controlar enfermedades y el piojo de mar son de preocupación crítica», dice el texto, que agrega que hay una potencial «resistencia antimicrobiana».
Además el reporte encabezado por Monterey Bay Aquarium hace hincapié también en los escapes masivos de salmones desde los centros de cultivo ubicados en el sur del país, zona, indica el documento, que “tiene ecosistemas únicos con altos grados de endemismo y algunas especies vulnerables o en peligro”
Consejo del Salmón de Chile
La entidad gremial –asociación que reúne a cinco empresas productoras de salmón de amplia trayectoria como AquaChile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén– reaccionó ante este informe conocido en diciembre pasado.
«A diferencia de las opiniones dadas a conocer por algunas ONGs (…) como gremio vemos que éste trae buenas noticias para el sector y para el país. En primer lugar, y por primera vez desde 2018, una región de Chile de las tres principales de la acuicultura, Magallanes, está calificada como amarilla (“buena alternativa”) para el salmón del Atlántico subiendo de calificación desde el nivel rojo, según el Seafood Watch. Esto es una clara señal de progreso y demuestra los esfuerzos y el compromiso de las empresas salmonicultoras para avanzar en una producción más sostenible, reducir el uso de antibióticos y también con la transparencia en la entrega de información para la evaluación técnica», dice el comunicado.
Salmón Atlántico
En el informe del Seafood Watch se evaluaron 27 zonas geográficas en seis países donde se cultiva el salmón Atlántico, calificando en rojo a 19 de ellas (70%), donde se incluyen países como Noruega o Canadá.
Por ejemplo, en Noruega 10 de 13 sectores geográficos tienen calificación roja y en Canadá, 3 de 4 sectores geográficos tienen la misma calificación.
«Esto indica que los desafíos sostenibles en el cultivo de salmón atlántico (uso de antibióticos, uso de pesticidas para combatir el cáligus, evitar los escapes, entre otros) son transversales a los países y no son exclusivos de Chile o de las empresas chilenas productoras de salmón», apuntaron desde la entidad gremial.
Salmón coho
Respecto al salmón coho, desde el Consejo del Salmón sostienen que esta especie prácticamente no utiliza antibióticos ni antiparasitarios dada su resistencia natural a bacterias y otras infecciones.
Sobre la calificación en rojo del coho, «ésta se debe a los escapes ligados a la especie en los últimos diez años», a lo que se agrega que hay «la falta de evidencia científica robusta sobre la inocuidad o no de estos escapes de salmón en los ecosistemas marinos. Sólo así el salmón coho podrá avanzar desde el rojo al amarillo, o incluso al verde», detallaron.
Antimicrobianos
Desde el Consejo del Salmón de Chile enfatizaron que el propio historial de reportes del Seafood Watch muestra que la industria (nacional) ha reducido el uso de antibióticos en un 40% desde que se inició la colaboración en 2018, «lo que indica que vamos en buena senda».
Desafíos
Para el gremio «queda camino por recorrer, ya que lamentablemente, tanto el cultivo de salmón atlántico en dos de las 3 regiones evaluadas (Los Lagos y Aysén) como el cultivo de salmón coho -en las tres regiones de la Macrozona Sur- siguen calificados como rojos, pero cada una por distintas razones y, pese a aquello, cada especie muestra avances».
«(…) sí vemos buenas señales en el reporte y que demuestran los años de esfuerzo que como industria hemos dedicado a gestionar los mares y los peces sosteniblemente». sostienen en la declaración.
Por último, expresan desde la entidad que «los cambios significativos toman tiempo, y como industria, estamos comprometidos en hacer los ajustes que sean necesarios para seguir mejorando nuestros estándares y hacer del salmón chileno un producto aún más sostenible».