Consorcio Tecnológico de la Fruta de ASOEX no para de innovar y presenta 4 nuevas variedades de frambuesas resistentes a sequía y enfermedades

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Durante un día de campo, desarrollado en el campo de investigación del Programa de Mejoramiento Genético del Frambueso, ubicado en Santo Domingo, fueron presentadas 4 nuevas variedades de frambuesas 100% chilenas desarrolladas por el Consorcio Tecnológico de la Fruta de ASOEX, conjuntamente con la Universidad Católica de Chile y el apoyo de Corfo.

Estas 4 nuevas variedades se suman a las 3 variedades “Santas” que este Consorcio lanzó en el año 2015 bajo los nombres de: Santa Catalina, Santa Clara y Santa Teresa, y que, dado su gran calibre, rico sabor y remontancia, han tenido un gran éxito entre los pequeños productores del sur de Chile, pero además en el extranjero, ya que, se cultivan en España, Portugal, Marruecos, México y Perú. Este éxito es el que esperan repetir con estas nuevas variedades, las cuales además tienen características únicas en productividad, resistencia a estrés hídrico y a enfermedades.

En el lanzamiento participaron autoridades nacionales del INDAP, representantes del Consorcio y de empresas asociadas, ASOEX y viveros.

“Nuestro Programa de Mejoramiento Genético del Frambueso, siempre tuvo el foco en la pequeña y mediana agricultura, para entregar una alternativa rentable y de calidad mejorar su producción y calidad de vida, sobre todo en aquellas zonas del sur donde se tenían menos opciones comerciales que desarrollar, en particular en La Araucanía. Creemos que estas cuatro nuevas variedades son una muy buena noticia para el país. Creemos que éste es un gran aporte para el desarrollo futuro de las comunidades, y tenemos la convicción que con estas innovaciones estamos aportando al desarrollo de la pequeña agricultura y sus encadenamientos productivos, dado que esto les permite participar directamente en la cadena comercial, tanto a nivel local como también con la posibilidad de exportar hacia otros mercados”, precisó Ronald Bown, Presidente de ASOEX y del Consorcio Tecnológico de la Fruta.

En el mismo sentido, Sergio Maureira, Gerente General del Consorcio Tecnológico de la Fruta de ASOEX, puntualizó: “Estamos muy contentos porque estamos en una etapa de consolidación de nuestro Programa de Mejoramiento Genético del Frambueso, que hemos desarrollado desde el año 200, junto a la profesora Marina Gambardella de la Universidad Católica. Hoy estamos dando la gran noticia de tener otras 4 variedades de frambuesas para los pequeños productores, principalmente. Estamos en pleno proceso de registro ante el Servicio Agrícola y Ganadero. Agradecemos a todos quienes nos acompañaron en este proceso, y esperamos que estos programas de desarrollo genético, que son de largo plazo, puedan seguir consolidándose para que nuestro país no sólo sea un gran exportador de frutas frescas, sino que también un gran exportador de material genético y de las relaciones entre los pequeños productores y las comunidades internacionales”.

El aporte de estas 4 nuevas variedades al desarrollo y crecimiento de los pequeños agricultores del país fue destacado también por la Asesora de la Dirección Nacional de Indap, Camila Jerez. “Felicitamos a quienes hicieron posible estos desarrollos, porque todo proceso que va en beneficio del fortalecimiento de la agricultura familiar campesina, sin dudas, para nosotros se trata de iniciativas que hay que conocer y ver la forma de apoyarlas, pues nuestro foco principal como nueva administración, es la agricultura familiar campesina, y cómo ésta adquiere mayor relevancia en todos los sistemas productivos del país”.

Estas 4 nuevas variedades se encuentran en etapa de registro en el SAG.

Sustentables, más productivas y con mejores retornos al productor

“Estas cuatro nuevas variedades de frambuesas tienen características muy superiores a las anteriores variedades en términos fundamentalmente de producción por planta y también la calidad de la fruta. Hemos mantenido el gran tamaño de la fruta, el buen sabor, el aroma, y dulzor. Además, la planta es más vigorosa lo que permite que el productor tenga mejores retornos”, puntualizó Marina Gambardella, Directora del Programa de Mejoramiento Genético del Frambueso.

La académica e investigadora de la Universidad Católica, agregó que en esta segunda etapa del PMG del Frambueso, los desarrollos han estado orientados a la sustentabilidad. “Hemos estado enfocados a desarrollos con resistencia al estrés biótico y abiótico, lo cual significa resistencia a enfermedades y las principales plagas, y resistencia a sequía, al calor”.

Para llegar a estos desarrollos con dichas características, Gambardella explicó que se han utilizado distintos sistemas de evaluación. Normalmente hay apoyo de biotecnología, lo cual, no está relacionado a edición génica o GM, sino que simplemente a implementar algunas técnicas de laboratorio que permiten identificar resistencias a enfermedades y estrés hídrico, y de otro tipo como el calor.

La directora agregó el aporte de estas nuevas variedades para los agricultores. ”Los pequeños agricultores tendrán la ventaja de no necesitar agroquímicos para tener un buen rendimiento”

“Si bien, comparar los rendimientos es difícil porque depende mucho de cada condición de cultivo, nuestros ensayos nos indican que, potencialmente estas nuevas variedades que estamos dando a conocer hoy, pueden llegar hasta 34 toneladas por hectárea, lo cual, es muy significativo si pensamos que una variedad tradicional está entre 9 y 12 toneladas por hectárea”, puntualizó Gambardella.

Finalmente, la profesional destacó que este PMG ha logrado desarrollar variedades en un tiempo menor al estimado. “El desarrollo de estas variedades chilenas de frambuesas eran necesarias para ser más competitivos, y las técnicas que hemos usado fuera de suelo nos han ayudado a hacer más rápido el proceso desde que hacemos el cruzamiento hasta que tenemos una nueva variedad. Por ejemplo, las primeras variedades las obtuvimos a 6 años y medios desde que comenzara este programa, lo cual es un gran logro si consideramos que por lo general este proceso lleva de 10 a 12 años”.