La Academia Sueca lo reconoció «por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte».
El escritor húngaro László Krasznahorkai (71) fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2025, según anunció este jueves la Academia Sueca. El autor se convierte así en el segundo de esa nacionalidad en llevarse el prestigioso galardón, después de Imre Kertesz en 2002. Krasznahorkai, quien era uno de los favoritos, fue reconocido «por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte».
Krasznahorkai es «un gran escritor épico de la tradición centroeuropea que se extiende desde Kafka hasta Thomas Bernhard, y se caracteriza por el absurdo y el exceso grotesco», añadió el juradoen un comunicado. «Pero tiene más recursos, y también mira hacia el Este al adoptar un tono más contemplativo y finamente calibrado», continuó la Academia Sueca.
Krasznahorkai es «un gran escritor épico de la tradición centroeuropea que se extiende desde Kafka hasta Thomas Bernhard, y se caracteriza por el absurdo y el exceso grotesco», añadió el juradoen un comunicado. «Pero tiene más recursos, y también mira hacia el Este al adoptar un tono más contemplativo y finamente calibrado», continuó la Academia Sueca. Krasznahorkai es uno de los escritores húngaros más leídos y traducidos, un autor de culto internacional con una obra marcada por una realidad narrada con melancolía y humor. Nacido en Gyula, en el sur de Hungría, el 5 de enero de 1954, Krasznahorkai creció en una dictadura comunista en el que los ideales teóricos quedaban muy por debajo de la gris realidad. Esta pequeña ciudad cercana a la frontera con Rumania aparece en muchas de sus novelas.
El autor estudió derecho en las Universidades de Szeged y de Budapest entre 1973 y 1978, pero decidió abandonar esos estudios. Conocido por su carácter inconformista, Krasznahorkai trabajó después en distintos empleos, como minero y vigilante de seguridad, y comenzó a desarrollar su gusto por la escritura.
En 1977 inició sus estudios de Andragogía (enseñanza de adultos) y Filología Húngara en la Universidad de Budapest, y comenzó a publicar en diferentes revistas literarias, entre ellas la prestigiosa «Mozgó Világ» («Mundo en Movimiento»). Su primera novela, «Tango Satánico», se publicó en 1985 y fue bien recibida por la crítica del país centroeuropeo por su originalidad. Ya en sus primeras obras utilizaba larguísimas frases subordinadas que parecen amasar el lenguaje con la intención de capturar las emociones y el pensamiento en toda su profundidad. Las frases cortas, asegura, son artificiales porque la mente humana es un torrente de palabras. Otra de las características de la hipnótica pero exigente prosa de Krasznahorkai es su sutileza y extraordinaria intensidad.
En la segunda mitad de la década de los ’80 el escritor pudo salir de Hungría y en los siguientes 15 años viajó y residió en países como Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Países Bajos, Reino Unido, EEUU, China y Japón, volviendo siempre a Hungría. En ese periodo publicó algunas de sus obras más importantes como «La melancolía de la resistencia» (1989) o «Guerra y Guerra» (1999), que obtuvieron éxito en el extranjero y fueron traducidas a más de 10 idiomas.
El escritor se ha inspirado mucho en la cultura asiática y principalmente japonesa, mientras que en sus obras desarrolla temas apocalípticos y distópicos con un estilo denso y melancólico, pero con humor y frecuentemente sin el uso de puntuación, lo que requiere una atención especial del lector.
Cuando le entregaron el prestigioso Premio Internacional Man Booker en 2015, el jurado aseguró que Krasznahorkai es un escritor que describe la realidad actual con unas imágenes bellas, aterradoras y cómicas a la vez.
La fallecida escritora estadounidense Susan Sontag fue una de las primeras novelistas internacionales que lo elogió afirmando que era «el maestro húngaro del apocalipsis que evoca a Gogol y Melville».
Otros literatos han expresado también su admiración hacia Krasznahorkai, que ha adquirido la categoría de escritor internacional de culto en la última década. Algunos críticos han señalado que la visión apocalíptica del escritor está relacionada, en parte, con la pérdida de valores del régimen comunista y más tarde con la visión de la civilización occidental en declive.
Fuente: Emol