Chilenos evalúan con promedio rojo el sistema de salud desde hace 10 años

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El colapso de los hospitales, las largas listas de espera y la falta de especialistas e insumos médicos pasan la cuenta. Así lo refleja la nota 3,9 con la que la ciudadanía evalúo el sistema de salud chileno el año 2018, basándose en la percepción de calidad de los servicios que reciben.

Según la Encuesta Nacional de Salud 2019, realizada por la Universidad Andrés Bello, el promedio con el que los chilenos evalúan el sistema de salud se ha mantenido los últimos 10 años. No obstante, la problemática más grande se evidencia porque la nota no aumentó pese a que el gasto e inversión de la cartera se ha duplicado en dicho período.

En 2010 la inversión de salud fue poco más de $ 5,8 billones (millones de millones) y en 2018 superó los $ 10,5 billones.

Con esta información se llevó acabo un índice de valor que perciben los usuarios por las prestaciones utilizadas y este en 2018 disminuyó a la mitad con respecto al 2010. “Es decir que a pesar de que el país gaste mucho más, este no es capaz de satisfacer las nuevas demandas, por lo que hay que reformar el sistema de salud, cambiar el modelo de atención y el modelo de organización y gestión”, analiza Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Unab.

Sistema previsional

El 85% de los encuestados considera que la población chilena está mal cubierta con su plan de salud.

Los afiliados a Fonasa, por ejemplo, evaluaron este año al sistema con nota 4,1 según su experiencia, manteniendo el promedio de la última década. En el caso de las isapres, en tanto, sus afiliados las evaluaron con un 4,4 en lo que va de este año, bajando cinco décimas respecto a 2018.

El índice de valor de los afiliados a Fonasa también disminuyó a la mitad, mientras que el índice de valor de los cotizantes de isapres disminuye un 40%.

El problema se centraría en mayor medida en los tiempos de espera, mayormente en la entrega de exámenes, atenciones en los servicios de urgencias y cirugías. Además de los altos costos que estas significan.

Según explica Sánchez, la principal variable que la gente valora de manera negativa tiene que ver “con la capacidad de respuesta del sistema y cual oportuna es la atención”.

No obstante, el director explica que en el caso del sector privado, las variables que más afectan a sus afiliados tienen que ver fundamentalmente con el costo de la atención y como este se ha ido incrementando. “Lo cual es muy lógico”, dice. Ya que, “en este sector la demanda se ajusta por precio y, en el sector público, la demanda se ajusta por cola”.

Opiniones

Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico, indicó que esto “no me sorprende porque creo que no hemos podido resolver problemas importantes, como los tiempos de espera, a pesar de que el sector público ha avanzado mucho”.

No obstante, la profesional también argumenta que esto se debe a que “las expectativas de los pacientes han ido avanzando y hay cosas que hoy no se toleran de la misma forma”.

Por su parte, Manuel Inostroza, exsuperintendente de Salud y director de Espacio Público, también considera necesario un cambio estructural del sistema. “Los hospitales autogestionados que vienen de la reforma que aprobamos en 2005 no funcionaron, por lo tanto, habría que pensar en cambios mucho más radicales para que cambien definitivamente los incentivos de los hospitales, porque ahí es donde está fallando la percepción cotidiana de mala calidad de servicio”, concluyó Inostroza.