Venía reflexionándolo hace un tiempo, pero en esta entrevista el diputado Marcelo Díaz da a conocer su decisión: renunciar a su militancia de más de 30 años al Partido Socialista. Los elementos de su determinación son muchos, pero entre ellos destacan el camino que ha tomado su colectividad en los últimos años, la estrategia de alianzas y la conducción partidista.
La oposición ha hecho lo suficiente para salir de la crisis social, ¿ayudan las acusaciones e interpelaciones?
A mí me encantaría que no tuviéramos que presentar tantas acusaciones constitucionales, pero es un deber ético, político y moral presentarlas cuando se trata de violaciones a los DD.HH. Respecto de las interpelaciones me voy a quedar con lo que dijo el ministro Mañalich: son el mecanismo que tiene la oposición para exigir respuestas al gobierno, particularmente en materia donde la iniciativa exclusiva radica en el Ejecutivo.
¿Pero usted siente que la oposición ha hecho los llamados suficientes para evitar que haya más actos de violencia?
La violencia no es el camino, lo hemos dicho y hemos sido categóricos, solo ayuda a los ultras, a aquellos que quieren deslegitimar el proceso, alimenta la campaña del terror, por ejemplo, respecto del proceso constituyente. Pero también me doy cuenta de que la falta de respuestas profundas al resto de las demandas genera la sensación en muchísima gente que está movilizada de que si no continúan movilizados, la clase política, las élites, los empresarios, una vez más no van a hacer lo que hay que hacer para este Chile injusto.
¿Es, en parte, el PS responsable de la crisis?
El PS no escapa al juicio crítico que tienen los ciudadanos. El PS fue gobierno 20 años con la Concertación y cuatro años en la Nueva Mayoría, hizo contribuciones importantes a la recuperación de la democracia y a la transición. El último gobierno de la Presidenta Bachelet se planteó con convicción cambios estructurales que iban en la dirección correcta, pero nos faltó fuerza y a veces incluso coraje para poder concretar esos cambios, y eso hace que hoy día el PS sea visto como uno más de los responsables de esta crisis.
O sea, reconoce responsabilidad.
El PS por distintas razones, por conformismo, por resignación, incluso a veces porque empezó a comprarse elementos del modelo neoliberal, dejó de ser el partido que empujara las transformaciones. Terminó dejando de ser una fuerza que lucha en contra del statu quo y se terminó asimilando a el resto de fuerzas que hoy día son vistas como parte del statu quo, de los actores conservadores.
¿De quién es la responsabilidad?
Eso es algo que se arrastra desde hace mucho rato. Las últimas direcciones tuvieron responsabilidades en este sentido, el PS dejó de representar a los chilenos y chilenas que se sintieron marginados por el desarrollo y se transformó en un partido conservador, sin posiciones claras, sin liderazgo, sin relevancia. Hoy día estamos pagando los costos de eso. Terminamos siendo uno más de este modelo que estalló de manera tan fuerte el 18 de octubre.
Si tiene una visión tan crítica, ¿por qué seguir en el partido?
Es que es una reflexión que la he venido haciendo hace mucho tiempo, y que hoy día ya llega a su fin. Yo he decidido renunciar al PS para formar un nuevo espacio para las ideas socialistas. No es una decisión fácil. Es triste renunciar a más de 30 años de militancia en el partido, pero siento que no hay otra alternativa, porque a mí este partido ya no me representa.
¿Su crítica apunta a la mesa directiva de Álvaro Elizalde?
El PS es una organización sin idea, sin democracia interna, sin un estado de derecho, y eso lo denuncié durante la elección interna. He llegado a la conclusión de que la adhesión emocional es insuficiente para continuar en el PS. Ahora, renunciar al PS no significa renunciar a las ideas socialistas, por el contrario. Las ideas socialistas son mucho más que la organización llamada PS, y por eso que esta renuncia tiene como propósito abocarme a la construcción de un nuevo espacio para esas ideas. Ya no es posible hacerlo desde el PS, entre otras cosas porque la actual dirección del PS, que es continuidad de la dirección anterior y esa es la misma que negó la primaria interna, es la misma que impidió las primarias de la Nueva Mayoría, que nos condujo a una tremenda derrota presidencial, que no asumió ese error y no renunció, que ni siquiera fue capaz de hacerse una autocrítica, pero que, además, ha practicado una conducta excluyente, sin liderazgo, sin idea, y que ha llevado al PS a una posición de irrelevancia.
¿Y cómo debe ser el PS?
El PS no es un partido de centroizquierda, es un partido de izquierda y así lo sienten los militantes. Sin embargo, la apuesta de estas direcciones es por un espacio que se llama Convergencia Progresista, que es un polo socialdemócrata. Yo, en cambio, creo que el partido debiese apostar por el entendimiento con el Frente Amplio y con Unidad por el Cambio.
¿Su nuevo espacio será un partido? ¿Se aliará con el Frente Amplio?
Hoy participo de la instancia que se denomina Plataforma Socialista y voy a seguir en ese espacio, pero vamos a avanzar hacia la construcción de un espacio distinto que permita que las ideas tengan un lugar desde donde seguir proyectándose. Llamo a los militantes a despertar, así como Chile despertó, y no seguir convalidando malas prácticas. Quiero decir que hablo aquí de mi renuncia, pero este no es un gesto individual, es un gesto colectivo. En los próximos días sé que un grupo significativo de compañeros y compañeras va a dar el mismo paso que yo.
¿Quiénes?
No quiero hablar por ellos, no me corresponde, porque están preparando un documento de salida. Nos vamos a encontrar en el esfuerzo de construir este nuevo espacio. Renunciamos al PS precisamente para poder seguir siendo socialistas.
Fuente: La Tercera