IPoM: Banco Central rebaja proyecciones y prevé desplome de la economía de hasta -7,5% este año por la crisis

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En su segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, el Banco Central corrigió con fuerza sus proyecciones de marzo y ubicó en un terreno aún más pesimista sus estimaciones para el PIB de 2020 ante las repercusiones del covid-19.

De hecho, anticipó que para Chile se prevé “la mayor contracción en 35 años”. “Lo inédito de la situación actual hace particularmente difícil realizar proyecciones, pues dependen en gran parte de factores que escapan del análisis económico”, expone el informe e indica que “en lo inmediato, se prevé una contracción significativamente mayor en el segundo trimestre”.

Así, frente a la caída de 14% interanual de abril, el Central pronostica que “la implementación de cuarentenas más estrictas implica que los registros de actividad de mayo y junio serán probablemente más negativos que el de abril”. A la luz de “un nivel de incertidumbre mucho mayor al habitual”, el Central modificó el ancho del rango de proyección -que debería ser de 0,75 en este IPoM- y lo subió a 2 puntos porcentuales.

De esta forma, la entidad proyecta que el PIB de Chile se contraerá entre 5,5 y 7,5% este 2020, muy por debajo del rango de caída entre 1,5% y 2,5% previsto en marzo. Para 2021, el instituto emisor también elevó el ancho del rango de 1 pp. a 1,5, situando sus proyecciones en una recuperación que estaría entre 4,75% y 6,25%, mayor que la subida entre 3,75% y 4,75% que se anticipaba en el IPoM anterior.

En cuanto a 2022, el informe pronostica que la economía aumentará entre 3$%y 4%, misma estimación anterior.

“De esta manera, la economía comenzará a recuperarse en la segunda parte del 2020, aunque no alcanzará aún niveles de actividad comparables a los de principios de año. De hecho, se prevé que solo hacia mediados del 2022 se equipararán los niveles de actividad del tercer trimestre del 2019”.

De cara a las nuevas previsiones, el Central destaca que trabaja con un escenario central donde “se asume que las cuarentenas se relajarán durante el tercer trimestre y se logrará una reapertura paulatina de la actividad y el mercado laboral”. Aunque también considera que las prácticas de distanciamiento social -obligatorias y voluntarias- “seguirán presentes por varios trimestres”.

Nuevo derrumbe en las estimaciones de inversión

En el escenario central, el BC proyecta que la inversión se contraerá un 15,9% en 2020, una caída mucho más negativa que la baja de 8,2% que se había previsto en marzo y muy por detrás del 4,2% que se expandió en 2019.

“Este desempeño se explica por una fuerte contracción de la inversión de los sectores no mineros debido a las estrecheces y restricciones de los flujos de caja corporativos y la altísima incertidumbre. Se suma la postergación de la ejecución de los grandes proyectos en el 2020”, expone el IPoM.

Hacia 2021 y 2022, se prevé un repunte de la formación bruta de capital fijo – 8% y 4,7%, respectivamente-, “considerando que para entonces ya se habrán despejado o aminorado las incertidumbres, los grandes proyectos de inversión retomarán su desarrollo en plenitud y el gobierno elevará la inversión pública en infraestructura y vivienda como parte del Plan de Emergencia acordado.

Precio del cobre y escenario externo

Si bien permanecen bajo sus valores de comienzos de año, el precio de la mayoría de las materias primas repuntó respecto del IPoM de marzo. Así, en cuanto al cobre, se destaca que en los días previos su precio ha sido superior a US$2,6 la libra, acumulando un alza de 10% respecto al informe anterior.

Según el Central, el precio del cobre promediaría cerca de US$2,65 la libra en el periodo 2020-2022, siendo su peor valor el de 2020 (US$2,5) y el mejor en 2022 (US$2,75). Se trata de niveles muy por sobre el US$2,15 proyectado antes.

En ese mismo lapso, el petróleo promediaría cerca de US$43 el barril (promedio Brent/WTI).

Por su parte, “las perspectivas económicas se corrigen de manera importante respecto a marzo, contemplándose una trayectoria de la actividad global para el periodo 2020-2022 por debajo de lo considerado en esa oportunidad”.

“Detrás del ajuste está una caída de la economía mundial en la primera mitad del año mucho más profunda que lo previsto, así como una recuperación que se avizora más lenta, fruto principalmente de la extensión de los confinamientos”, expone el Central.

En este escenario, se prevé que la contracción del PIB mundial será de 4,5% este año, con caídas superiores a 8% en la Eurozona y América Latina.

En cuanto a la actividad de los socios comerciales, se prevé una baja de 3,6% (China crecería 0,6% y EE.UU. se contraería 6,4% en 2020).

Inflación y trayectoria TPM “Las presiones inflacionarias han tenido un drástico descenso desde marzo. Tanto por el lado de la actividad como del mercado laboral las cifras muestran una ampliación abrupta de las holguras de capacidad, con perspectivas que apuntan a una contracción más profunda del crecimiento económico para el 2020”, explica el informe.

“A esto se añade que la reciente apreciación del peso ha reducido las presiones que se habían acumulado en trimestres previos en el frente cambiario. Así, en el escenario central, la inflación bajará hasta valores en torno a 2% para el cierre de este año, proyectándose que solo hacia fines del horizonte de política -el segundo trimestre del 2022- se ubicará en torno a 3% anual”, proyecta el BC.

Así, el Central recordó que en su última reunión decidió mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en su mínimo técnico de 0,5% y ampliar las medidas no convencionales en ejecución. Nivel en el que se mantendría “al menos durante todo el horizonte de política de dos años”.

Hacia adelante, “el Consejo evalúa que la política monetaria continuará en una posición altamente expansiva por un largo periodo de tiempo, de modo de asegurar la convergencia de la inflación a la meta de 3% en el horizonte de dos años y apoyar la estabilidad financiera”.

Sin embargo, ante un escenario aún más negativo que el planteado por el Central, la entidad destaca que “no es posible asegurar que la dimensión o duración de los daños no serán mucho mayores que lo supuesto, poniendo en riesgo la estabilidad financiera”.

Ante dicha posibilidad, y con una tasa ya en su mínimo técnico, “es posible que el Banco deba extremar el uso del instrumental de políticas que posee”.

Fuente: Emol

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