La “discreta” y peligrosa llegada de las mafias chinas: Cómo operan y por qué optan por Chile

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El miércoles, mientras el Presidente Gabriel Boric se encontraba en China, el fiscal nacional, Ángel Valencia, se presentó ante la comisión de Constitución del Senado para argumentar la necesidad de crear una Fiscalía Supraterritorial que se especialice en crimen organizado y delitos de alta complejidad. En esa oportunidad, el máximo líder del Ministerio Público recordó a los miembros de la instancia que se trata de una compleja realidad que Chile viene enfrentando en los últimos años.

Pero este fenómeno ha ido evolucionado con el tiempo, no sólo por el propio crimen organizado, sino que también por nuevos mercados delictuales “que aparecen como dinámicos y no anclados en un solo territorio”, por lo que resulta necesario avanzar en lógicas investigativas que superen el trabajo limitado de determinados territorios, “sobre todo, considerando la ingente evolución de fenómenos criminales y transnacionales”, dijo Valencia.

Entre las investigaciones que la fiscalía ha llevado adelante, está la organización del Tren de Aragua, Tren del Norte (Los Gallegos), Los Pulpos, los Chotas y los Valencianos, tráfico portuario en San Antonio, y la organización criminal Bang de Fujian. Esta última, una mafia china que, hasta ahora, se ha detectado en la zona sur de la Región Metropolitana.

El jueves, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, también abordó el tema. “Son organizaciones que operan en diversos países, entre ellos, Chile. Y algunas de esas organizaciones que ustedes mencionan, son del territorio de América Latina, y hay algunas organizaciones que son de otros continentes que, producto de los delitos de narcotráfico, tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico de migrantes, trata de personas, e incluso organizaciones que se dedican a los ciberataques, que evidentemente tienen y desarrollan delitos en el territorio nacional”.

Antecedentes de su extensión al país

En efecto, las pistas sobre la presencia de mafias chinas en el país no son tan aisladas como podría pensarse. En septiembre de 2021, la Policía de Investigaciones (PDI) dio a conocer que logró la desarticulación de una banda criminal que se dedicaba al cultivo y tráfico de una importante cantidad de droga en nuestro país, dejando 13 personas detenidas, nueve de ellas ligadas a la “mafia china”.

La investigación permitió establecer que se trataba de ciudadanos chinos que llegan a nuestro país, donde establecen negocios y empresas lícitas, Luego, en un lugar determinado, procedían al cultivo y cosecha de cannabis sativa, de una calidad superior, puesto que realizaban un proceso industrial de cosecha, e incluso tenían gente para custodiar los lugares. En tanto, el blanqueo de capitales lo suelen hacer a través de sitios de entretención, como karaokes o casinos.

De hecho, para abordar de mejor manera el fenómeno, la PDI formó un equipo con dedicación exclusiva para el caso, por lo que lograron mayores hallazgos. En septiembre de ese año, la policía civil logró dar su gran golpe ya que fueron detenidas nueve personas y se comprobó la existencia de otros dos galpones en San Miguel y Macul en la RM.

A finales de agosto de este año, una querella penal presentada ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago por el delito de tráfico ilícito de migrantes en carácter reiterado, también da luces de esta tendencia de asentamiento de las mafias chinas en el país. La acción judicial la interpuso la Asociación Gremial de Cultura y Comercio de China en Chile, que entrega ayuda en distintas materias a personas de nacionalidad china.

“Es en este contexto que durante este año nuestra asociación recibió solicitudes de una serie de personas quienes habrían ingresado en forma irregular a Chile, logrando determinar la existencia de diversas personas dedicadas al tráfico ilícito de ciudadanos chinos, aprovechándose de la necesidad de éstos de venir al país, y la ignorancia de los procesos”, detalla la querella.

Cómo operan y por qué miran a Chile

Las tríadas chinas son organizaciones criminales originarias de dicho país de Asia, dedicadas al cultivo de marihuana, tráfico de migrantes, extorsión y otras actividades ilícitas, como el uso de lugares de entretenimiento como fechada de sus economías ilícitas. Algunas de ellas son 14K, Shui Fong y Sun Yee On.

Por su parte, el clan Bang de Fujian emerge como una de las organizaciones más destacadas. Sus nexos comerciales y su posición geográfica les han permitido a los migrantes fujianeses tener una fuerte presencia en Hong Kong, el sureste asiático, Estados Unidos y Canadá.

Una investigación del portal especializado, Insight Crime, sostiene que las primeras operaciones importantes de este grupo las realizaron en España, y luego buscaron replicar el modelo en Chile.

En conversación con Emol, la experta en seguridad de AthenaLab, Pilar Lizana, comenta que estas organizaciones chinas tienen una red global densa, y en el caso de Chile, “hay que mirar cómo se insertan para el cultivo de marihuana y el uso de los puertos nacionales para distribuir droga a nivel mundial, eso es una oportunidad para ellos”. Además, detalla que ese cultivo de drogas no ocurre en un clóset al interior de un departamento, sino que se trata de grandes infraestructuras utilizadas para estos fines.

A ello, se suma que estos grupos también tienen actividades asociadas al tráfico de personas. De hecho, en la querella presentada por la Asociación Gremial de Cultura y Comercio de China, se toman en consideración relatos de víctimas querellantes quienes apuntan a distintas rutas de ingreso al país, como por la ciudad de Neuquén (Argentina) y Temuco. Las mafias pueden llegar a cobrar entre US$2.500 y US$8.000.

A inicios de septiembre, una investigación de este medio sobre los Mall chinos permitió conocer en terreno el temor que sienten los dueños de estos grandes negocios para hablar de la inseguridad, o incluso, para dar sus nombres al ser consultados por el desarrollo del negocio. Una de las razones, deslizaron, apuntaban a las tríadas.

“Cuando uno trata estos temas, aquellos que no pertenecen a ese mundo de las mafias, muchas veces entregan códigos sin darse cuenta, los que pueden ser analizados de otra forma por parte de las organizaciones criminales, lo que puede terminar por perjudicarles el negocio. A diferencia del crimen organizado terrorista, que es muy visible, para estos efectos lo mejor para estos grupos es ojalá no aparecer ni ser mencionados; a mayor sigilo, de mejor forma pueden extender su negocio”, dice Lizama sobre este punto.

En ese sentido, los locatarios chinos pueden temer represalias que, aclara la experta, no van a ser sólo amenazas verbales, sino que “puede correr riegos su vida, dependiendo de cómo ese grupo interprete lo que digan”.

Investigaciones por tráfico

Según datos de la Fiscalía Sur Metropolitana, desde 2019 a la fecha existen al menos tres indagatorias por tráfico -principalmente marihuana- que se han abierto en torno a Bang de Fujian, todas a cargo del fiscal Yans Escobar. Según señalaron a este medio, en una primera etapa, se logró imputar a cinco personas -4 chinos y un chileno- quienes fueron condenados por dicho ilícito.

Desde el ente persecutor también dan cuenta de otra indagatoria que incluyó 14 Imputados (un chileno, un venezolano, un peruano, y 11 chinos), todos investigados por Tráfico droga y uno por armas. De ellos, seis ya fueron condenados y 8 están a la espera de juicio.

La tercera etapa contempla 8 imputados (7 chinos y un chileno), de los cuales 5 personas se encuentran en prisión preventiva. También hubo una investigación por tráfico de drogas, que dejó a 7 imputados y a uno por municiones; todos a la espera de juicio.

Pese a que estas indagatorias son una realidad, aún se habla poco de estas organizaciones asiáticas. Una de las razones, a juicio de Lizama, apunta a que en Chile suenan con más fuerza los grupos latinoamericanos, porque son los más conocidos y por la “cercanía” de sus países de origen.

“Estamos más acostumbrados a escuchar del Cartel de Sinaloa, de Jalisco, del clan del Golfo, comando Vermelho, etc., porque es lo que se da en nuestro entorno cercano, pero también tenemos que preocuparnos mucho de las mafias chinas”, comenta la experta.

Por su parte, Monsalve destacó el jueves la importancia del fortalecimiento de la política nacional contra el crimen organizado, que cuenta con determinados focos que incluyen una agenda legislativa para darle capacidad al Estado para luchar contra estas organizaciones.

“Una de ellas es el proyecto de inteligencia financiera que se está tramitando; la ley de inteligencia que se está tramitando; y leyes que han salido, como la ley contra el narcotráfico en las organizaciones criminales y la que permite el uso de técnicas especiales de investigación. Esa agenda de política nacional contra el crimen organizado y la agenda legislativa responde a un diagnóstico de que hay organizaciones de carácter internacional que son una amenaza para la seguridad del Estado”, dijo el subsecretario.

Y es que finalmente todo se trata de oportunidades: si hay debilidad en distintos aspectos del país, como la institucionalidad, investigación o fiscalización portuaria, más incentivos ven estos grupos para instalarse y operar en estas zonas. Y las mafias chinas ya las detectaron.

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