Nuevo estudio descarta vínculo entre la vacuna contra el sarampión y mayor riesgo de autismo

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A pesar de que ha pasado una década desde que The Lancet deslegitimara un artículo publicado en la misma revista por el médico Andrew Wakefield -en el que aseguraba que la relación entre el autismo, y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeóla era muy estrecha-, las dudas aún persisten en personas de todo el mundo. Es por esto que los científicos han continuado con sus investigaciones, para demostrar que tal vínculo no existe y contraatacar al poderoso grupo antivacunas.

El último estudio al respecto fue publicado esta semana en Annals of Internal Medicine y corresponde a una investigación realizada por científicos del Staten Serum Institut de Copenhague, quienes examinaron datos de niños daneses nacidos entre 1999 y finales de 2010, en total 650 mil personas, de las cuales 6.517 fueron diagnosticadas con autismo.

De esta manera, epidemiólogos y estadísticos usaron los registros de población para relacionar los estados de vacunación con los diagnósticos del trastorno. Según han informado medios de todo el mundo, los hallazgos mostraron que las vacunas no aumentan el riesgo de autismo.

Específicamente se determinó que los niños que fueron inoculados contra el sarampión, las paperas y la rubeóla, no desarrollaron autismo a una tasa significativamente diferente a los menores que no recibieron la vacuna.

Asimismo, los científicos también analizaron por separado a los niños que tenían más riesgo de desarrollar el desorden, incluidos aquellos de familias con otros hijos con autismo o niños que tenían factores de riesgo para presentarlo.

Y los resultados arrojaron que tampoco había mayor tendencia entre esos menores. Por último los investigadores revisaron el momento en que se diagnosticó el autismo, y determinaron que no surgieron más casos justo después de que los menores habían sido vacunados.

Anders Hviid, autor principal del estudio, explicó que decidieron llevar a cabo la nueva investigación, ya que vieron que el escepticismo hacia las vacunas continuaba creciendo. “Pensamos que era una buena idea revisar la hipótesis e intentar obtener respuestas científicas a las diferentes críticas”, sostuvo, según publicó Time.

Con los contundentes resultados en mano, Hviid tiene la esperanza de que los padres terminen por convencerse de que la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeóla es segura.

“Hay un grupo significativo de padres que están preocupados y acogen la idea de que las vacunas causan autismo o cáncer (…) Esperamos que los datos puedan reducir parte de esa preocupación y convencer a las personas de que la vacuna no causa autismo”, sostuvo.

Hviid recordó a NBC News los peligros que tiene la no vacunación, entre ellos “un resurgimiento del sarampión, que estamos viendo hoy en forma de brotes”. Cabe recordar que en noviembre pasado, la OMS advirtió respecto a un aumento sostenido en los casos de sarampión en todo el mundo e incluso una de sus funcionarias señaló que se estaba perdiendo terreno “porque la gente olvida que es una enfermedad espantosa”.

El sarampión es altamente contagioso, y puede ser fatal o causar pérdida de audición y desórdenes mentales en los niños.

Fuente: Emol

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